Remodelada en el año 1996 como "Museo de Armas" La edificación tiene estilo medieval español y características de fortaleza, dado sus altos torreones y troneras y anchos muros. El costo total del levantamiento de esta fábrica del Almacén de La Pólvora ascendió a 3,212 pesos, 5 reales y 17 maravedíes. La fortaleza "La Pólvora" de Granada pieza importante en la defensa de la provincia de Nicaragua. Por Fernando López Gutiérrez «LA PÓLVORA»: DE FORTALEZA A MUSEO DE ARMAS Fiel a la vocación de defensa militar con que fue construida «La Pólvora» y en aras de defender la Paz conquistada por los nicaragüenses, el gobierno de Doña Violeta Barrios de Chamorro (1990-1996) a través del Ministerio de Turismo, dirigido por Fernando Guzmán, ha determinado destinarla a «Museo de Armas», como una lección histórica para las futuras generaciones, del uso fratricida de estas armas que no debemos repetir, haciendo un principio de nuestra nicaraguanidad, la estrofa del Himno Nacional: «Ya no ruge la voz del cañón». Como una nueva oferta turística calificó la directora del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), licenciada Irene Arévalo Guerrero, la instalación de la comisión que presidirá el Museo de Historia de Granada, cuyo secretario ejecutivo es el historiador Jimmy Avilés Avilés. El escenario del trascendental evento patrimonial, fue la antigua fortaleza La Pólvora, donde estará concentrada la memoria histórica de los granadinos, con 478 años de historia documental. El período que abarcará el museo estará comprendido desde la fundación de la ciudad hasta la revolución liberal de José Santos Zelaya. “El quehacer de una sociedad se manifiesta a través de los objetos”, dijo el arquitecto e historiador, Gilberto Lacayo electo miembro de la comisión quien agregó que con la instalación de dicho museo “estamos enalteciendo la historia, tantas veces olvidada”. Lacayo destacó de esa manera la titánica labor que tiene dicha comisión para reunir objetos documentales, así como muebles, daguerrotipos y fotografías entre otros que formarán parte de una gran variedad de objetos del Museo de Historia de Granada. La directora del Intur, Irene Arévalo Guerrero, dijo que el próximo año será la inauguración del museo, como una forma de rescatar el patrimonio cultural de la colonial ciudad de Granada. Por su parte el director general de Capacitación del Intur, el poeta Francisco de Asís Fernández, dijo que el museo de Historia es un esfuerzo de esa institución y también un homenaje a la ciudad de Granada. “Nuestro patrimonio cultural es nuestra principal fortaleza turística”, dijo Fernández, hijo del poeta y pintor ya fallecido, pionero museógrafo, Enrique Fernández Morales. Al respecto, Fernández sostuvo que la comisión tendrá como una de sus primeras responsabilidades, la de crear las comisiones de Historia, que elaborará la cronología de la historia; una oficina de registro y clasificación de documentos y, entre otras, una comisión de arquitectura e ingeniería. ESTRUCTURA Y MATERIALES DE LA PÓLVORA EN 1748 Dimensiones: 15 varas de largo por 8 1/3 de ancho. Sistema constructivo: Dos paredes interiores de adobe. Dos paredes exteriores de calicanto. Cimientos:Profundidad: Vara y media. Ancho: Cinco tercios de vara. Altura: Una vara. Altura de paredes: Cinco metros. Techos: Entablado sobre la alfajía, sobre ésta el encañado y encima de ésta la teja. Piso: Se hizo rodear de pretiles, fue enladrillado y luego entablado, para encima de ésta asentar la cajonería de la pólvora. Muro perimetral de resguardo: A cinco varas de la construcción. Muro de adobe, entejado y protegido por pretil. Una vara de ancho y altura considerable. Portal: Sólidamente construido. En 1748 se inició la construcción de esta fortaleza, y fue oficialmente concluido el 16 de Enero de 1749. Primeramente fue usada como almacén para guardar la pólvora. Más adelante fue utilizada como centro de acuartelamiento y cárcel de la ciudad de Granada, donde tuvieron lugar algunos episodios de luchas internas. El edificio de estilo medieval español tiene características de fortaleza por sus altos torreones, troneras y por sus gruesos muros de adobe. Durante la Dictadura de Somoza, fue cárcel y cuartel de la Guardia Nacional. Después con los sandinistas fue ocupado como comando de la Policía. En la actualidad es un museo Debido a varios factores se consideró indispensable consolidar la defensa de la ciudad de Granada: a su posición en el extremo occidental del lago y su fácil comunicación con el río San Juan; como centro suplidor de abastos a la fortaleza de la Inmaculada; a su condición de punto comercial de importancia con Portobelo y Cartagena y su acceso a las bahías de San Juan, Brito y Escalante en el Pacífico, por donde se podían esperar invasiones sorpresivas como las que realizaron los piratas en el siglo anterior. Estas condiciones fueron perfilando a esta ciudad como «Granada la llave de Centroamérica», y ocasionándole constantes incertidumbres a lo largo de más de dos siglos. Ante las condiciones generadas por los intentos ingleses antes señalados, durante la segunda mitad del siglo XVIII, en la provincia, en la zona del lago de Nicaragua y el río San Juan, se establece un complejo defensivo constituido por el Castillo de la Inmaculada Concepción, en las márgenes del Río San Juan, que se complementaba con el «fuertecito del lago», el castillo o fuerte de San Pablo y «La Pólvora». Igualmente se hicieron esfuerzos para la fortificación del río San Juan donde en un tiempo existieron hasta doce puestos militares: en San Carlos, Sábalos, río Pocosol, El Castillo, isla Bartola, raudal los Valos, raudal de Machuca, Boca del río San Carlos, río San Francisco, Boca río Sarapiquí, La Concepción, San Juan del Norte. En 1870, el capitán General de la Audiencia de Guatemala, Don Matías de Gálvez, recomendó erigir dos reductos-baterías para proteger la ciudad: uno en las isletas (Castillo de San Pablo, restaurado en 1974) y el otro en la costa del Gran Lago (El Fuertecito). (Lo mismo había recomendado el Ingeniero Diez Navarro a mediados de siglo). Pues bien, en 1783 el Ingeniero Ordinario José María Alexandre ejecutaba los planos de ambos fortalezas, comenzando a construir primero «El Fuertecito» (cuyo terraplén y parte de sus murallas se conservan en parte) y luego el segundo. De manera que, ya para 1790 ambos fuertes estaban concluidos, cruzando sus fuegos y auxiliador por cuatro lanchas cañoneras que recorrían el Gran Lago. LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA ALMACÉN DE «LA PÓLVORA» Con la explicación de las razones, antes dichas, que movían a su construcción y con base en el informe del Ingeniero-militar Luis Diez Navarro, el goberndor y comandante Don Alonso Fernández de Heredia, en orden suya fechada en la misma Granada el 15 de Enero de 1748, mandó poner en ejecución la fábrica de la Casa Almacén de La Pólvora, nombre con que figura en su nacimiento esta fortaleza de Granada. Si disponía que la obra debía levantarse en el «extramuros» de la ciudad, a la salida del pueblo de Jalteva, que le era contiguo. Como primera providencia, al día siguiente, el Tesorero Interino de la Real Hacienda Don Francisco de Oleachea, a efecto de realizar un reconocimiento del sitio y proceder a la regulación de gastos, hizo citar al Primer Alcalde Ordinario y Teniente de Gobernador de la ciudad Don José Lacayo de Briones, así como también a los maestros de albañilería Juan Gutiérrez y Simón Cantillano, los de carpintería Pedro Ruiz y Diego Martin González y los de herrería José de la Cruz Orozco y Juan Manuel Navarrete. Por todos los cuales, junto con el mencionado Tesorero y el ecribano correspondiente, en el día 17 de Enero en las afueras de la ciudad, en el campo, en los «extramuros» de Jalteva, señala el acta que: se procedió a la vista de ojos, especulación y reconocimiento del paraje en que se ha fabricar el Almacén de la Pólvora y después de haber visto y reconocido varios parajes, escogieron dichos señores y los referidos maestros, un paraje a la salida de dicho pueblo de Jalteva, que por un lado le ciñe la Calle Real y por el otro un barranco profundo que le puede servir de foso, que es el más a propósito y el mismo que reconoció el Ingeniero Don Luis Diez Navarrro para dicho efecto». Luego de concluida esta diligencia, los maestros artesanos, cada uno según su ministerio procedió a la regulación de gastos, tanto de mano de obra como de materiales. Al día siguiente, el 18 de Enero de 1748 el tesorero Oleachea mandó dar principio a la fábrica del Almacén de la Pólvora. Dos días después, es decir el 20 de Enero se procedió a la limpieza del paraje y a concertar la obtención y acarreo de los primeros materiales. La construcción de la obra duró exactamente un año. Aunque a principios de Diciembre de ese año de 1748 ya estaba prácticamente acabada, por estar aún procediéndose al blanqueado de paredes y por terminar el pretil del muro exterior, no se vino a dar oficialmente por concluida hasta el 16 de Enero de 1749, fecha e que se convocó para las últimas pagas. En la construcción de la fortaleza La Pólvora, intervinieron los maestros jaltevanos en albañilería: Juan de la Cruz Gutiérrez, Simeón Cantillano y Pascual Canales; maestros en carpintería: Pedro Ruiz y Diego Martín González; herreros: José de la Cruz Orozco, y Juan Manuel Navarrete y el maestro tallador y pintor, Matías Montiel. Además se aplicaron en ella 32 mozos, indios «reales» (con salario diario de un real y otro medio de comida), facilitados por los alcaldes de las cuatro parcialidades del pueblo de Masaya, siete oficiales carpinteros, once hacheros y cuatro «realeros» que con el maestro carpintero de ribera Jacinto Mejía cortaron y labraron trozas y soleras de cedro en los montes del Arenal y Hato Grande; además de doce indios carreteros y finalmente, siete indios brujos desterrados del pueblo de Managua, otros cinco reos por varios delitos y diez caribes piratas apresados en las montañas de Muy-Muy, que con paga de medio real al día trabajaban en ésta y otras obras de la ciudad. CAPACIDAD DE ALMACENAJE Según datos recabados la Casa Almacén de La Pólvora, de acuerdo a sus dimensiones debió tener una capacidad de almacenaje de 200 a 300 quintales de pólvora en barriles, lo que significaban de 100 a 150 barriles de pólvora o municiones. Esta cantidad de reserva era suficiente para resistir dos meses de combates continuos en caso de ataque a la ciudad. Además de las municiones, generalmente se guardaban aquí diversos tipos de artillería como: falconetes, pedreros, rifles de chispa, arcabuces, fusiles, granadas y en el exterior cañones. Los cañones usados en estos tiempos eran los llamados «bombarda, cañón doble o simple, cañón de cremallera y cureña. También se almacenaron armas blancas como sables, floretes, espadas, hachas, etc. HISTORIA DEL USO DE LA CASA ALMACÉN DE LA PÓLVORA Como se ha dicho, la historia de esta Fortalez comienza exactamente en los últimos meses del año de 1747. Originalmente se edificó para servir de casa almacén de la pólvora con que se había de surtir nuestro bastión principal de entonces, El Castillo del Río San Juan y además para suplir las necesidades militares de la ciudad. Su original manifestación no fue otra cosa que la de ser una de las dependencias de aquel baluarte de la provincia. La segunda referencia sobre este recinto la tenemos del Obispo Morel de Santa Cruz en 1752, quien habla de ella en su informe de esta ciudad. El tercer suceso relevante, del que se tiene conocimiento, de la historia de esta Casa, fue en 1812, cuando las condiciones de explotación y esclavitud en que vinieron a someter a los españoles a nuestros indígenas, conllevó a grandes contradicciones entre dos grupos y a la lucha por la reivindicaciones de sus derechos por parte de los marginados; fue por eso, que en la madrugada del 12 de Abril de 1812 se dio una rebelión contra el yugo español, siendo los indios aniquilados bajo el fuego de los dominadores, quedando cienes de cadáveres regados en lo que hoy es la Plaza de Jalteva. Fue este día cuando caía la centinela de La Pólvora de Granada al golpe de las fuerzas que contra la ciudad rebelde comandaba el Sargento Mayor Pedro Gutiérrez, que se estaba abriendo una nueva era en la quieta historia de esta Casa. Esta misma acción provocó una ligera escaramuza por la posesión de la Casa de La Pólvora entre los granadinos y las avanzadas tropas gubernamentales enviadas a someter a la ciudad rebelde. Posteriormente a raíz de la Indepedencia fue abandonada la sana costumbre de mantener las reservas de pólvora apartadas de las ciudades. En ester período, en Granada, toda la pólvora se almacenó en el Cuartel Principal, el que estuvo ubicado en la esquina nor-este de la Plaza Central, donde hoy es la Plaza de la Independencia (frente a la hoy Casa Episcopal); quedando virtualmente desocupada la original Casa de La Pólvora, que servía en ese entonces de cuartel militar secundario, ocupado por tropas militares de la ciudad. En 1896 se produce una tremenda explosión en el viejo Cuartel Principal de la Plaza ocasionando pérdidas en vidas humanas y materiales. A raíz de esta destrucción la antigua Casa de La Pólvora recupera su función original; requiriéndose mayor espacio por ser el único reducto militar hábil en la ciudad. Aquí tuvieron lugar muchos episodios de luchas intestinas del país. Se implementa en este tiempo la construcción de otra casa, ubicada al Sur de la antigua Casa de La Pólvora, denominada «Cuerpo de Guardia» que servía de refugio para el guarda o los guardias quienes vivían en ella. Gobierna, en esas fechas, el General José Santos Zelaya, con quien se reforman muchas estructuras militares existentes y surgen numerosos progresos económicos y administrativos. Ya en 1913, este recinto adquiere una nueva forma, con la implementación de la muralla y los torreones que actualmente se aprecian, lo que por supuesto varía su aspecto, denominándose en lo sucesivo «fortaleza». Durante el gobierno de Adolfo Díaz (1912-1916), en Informe del Jefe Político de Armas de Granada, Ramón Cuadra, fechado el jueves 16 de Abril de 1914, encontrado en la Gaceta N° 82 del mismo año, se lee textualmente: «Con todo y la crisis económica se ha notado actividad en los trabajos de nuevas construcciones de casas particulares, sobresaliendo entre ellas muchas de estilo moderno que serán verdadero adorno de la población y estímulo para su mejora. Entre estas edificaciones sobresale la Fortaleza de «La Pólvora», que está construyendo el supremo gobierno y que será un edificio de mucha importancia militarmente hablando, por su posición inexpugnable y arquitectónicamente pro su estilo; y de fuerza moral para que el soldado granadino encuentre allí elementos para expandir su patriotismo e instrucción, para fomentar su adelanto». Dicha rehabilitación coincidió con importantes cambios administrativos en la plaza, que establecieron el puesto de Comandante del Cuartel La Pólvora, según se lee en La Gaceta N° 3 del 4 de Enero de 1913. Lo que hace suponer que hasta entonces no existía ningún cargo militar oficial para este sitio de manera específica. Para tal cargo fue nombrado el 17 de Enero de 1914 el coronel Don Juan José Pasos quien nunca ejerció, siendo sustituido por el coronel Don Juan Ramón López, quien nombrado el 21 de Noviembre del mismo año se convierte en el segundo Comandante de la plaza, según señala la Gaceta N° 280 de 1914. Esta fortaleza tuvo, en tanto, un gran resurgimiento en la historia militar de nuestro país, como se puede deducir de los cuadros y presupuesto destinados. Contaba entonces con dos comandantes, un capitán, dos tenientes, dos sub-tenientes, cinco sargentos, ocho cabos, un corneta y sesenta soldados, que percibían un total de un mil quinientos ochenta y un córdoba con siete centavos. Al concluirse los trabajos de acondicionamiento de La Pólvora se colocó una inscripción en la entrada principal que decía: «Administración Adolfo Díaz», la cual permaneció hasta que se sustituyó el portal original de la entrada, por el que existe hoy, de construcción moderna. Respecto a las murallas y torreones actuales por su estilo y trazas, es deducible que, son de construcción reciente y no coloniales, que corresponden más bien a obras de Mauricio Frary o de Teodoro Hooke (diseñador y constructor del Hospital de Granada), constructores del Fortín de Acosaco y de la Fortaleza del Coyotepe, esta última construida en 1914. Durante el período del presidente Anastasio Somoza García (1951-1958) cuando en el país se comienza a sentir con más fuerza la represión militar y surgen los primeros movimientos rebeldes, el uso de este lugar que hasta entonces era de simple acuartelamiento militar y bastión para la defensa de la ciudad, se convierte en cárcel, no sólo para delincuentes comunes sino para reos políticos. Al final del período del primer Somoza, se construye el nuevo postal de acceso principal en sillería aparente y algunos muros interiores. Y los torreones son techados con teja de barro. La Pólvora en su nueva condición de prisión nacional en el período de la dictadura del presidente Somoza Debayle (1967-1978), fue centro de represión y tortura para el pueblo granadino y de todo el país, bajo la falsa denominación de «Centro de Rehabilitación». A fines de 1969 se reconstruye una de las torres que da hacia el cauce posterior, por estar en mal estado debido a la erosión del terreno que debilitó su estructura y también son reforzados sus muros en ciertos tramos. En la década de los 60 del siglo XX, fueron construidos muros interiores de mampostería para definir nuevos espacios necesarios para las condiciones de encarcelamiento y se le dieron nuevos usos a los ambientes existentes. La original Casa de La Pólvora fue destinada para cuarto de torturas y la casa del Cuerpo de Guardia convertida en cárcel para dos tipos de presos. Es muy probable que en este período se implementara el nuevo boquete de puerta en la pared Este de la Casa de La Pólvora, pues en 1964, Carlos Molina Argüello, nos habla únicamente de la existencia de dos puertas en este inmueble. Se construyeron además otros elementos como: cocina, baños, pozo y piletas, y se utilizó zinc para techar los torreones y el porche de entrada. Después del triunfo revolucionario fue ocupado como Comando de la Policía Sandinista, por espacio de 3 años; en este período aún funcionó como cárcel y sirvió también como centro de alojamiento de miembros de la Policía Sandinista. Posteriormente este inmueble fue abandonado y sufrió el desmantelamiento por parte de personas del lugar quedando en estado semi-derruido por varios años.
Luego se inició un proceso de sensibilización de la urgente necesidad de rescatar este inmueble patrimonial de la ciudad y el país, mediante su restauración, la que ha partido de una limitada documentación, en gran parte a causa del carácter militar que hasta reciente fecha ha tenido, lo que ha dificultado disponer de la información gráfica o literal necesaria para este tipo de labor; auxiliándose básicamente de documentos oficiales del Estado y de testimonios de personas ligados a su historia, fuente principal de información.
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